En la escuela-casa-consulta Casa de la Fe siempre hay muuuuuucha gente, muchísima.
En Bogotá, vayas donde vayas, siempre hay muuuuuucha gente, muchísima.
A veces añoro espacios vacíos, abiertos en la naturaleza donde desapareaca el ruido, donde no haya coches ni taxis ni autobuses ni camiones ni gente....donde huela a sal, a algas, a hierba, a tierra húmeda, a vacas....a nadie a nada a silencio.
Es el precio de esta GRANDISIMA ciudad, qué se le va a hacer.
Pero la gente que me rodea, la gente cercana es buena gente. Es gente "querida" (cariñosa) que se preocupa por mí y por Teresa (mi compi española). Como yo ya estoy recuperada y estoy retomando mi pulso de vitalidad, alegría y entusiasmo pues van apareceindo portunidades de conocer gente, gente que me invita a ir a sus casas, a comer, a hacer de guías turísticos, que me invitan a reuniones, actuaciones.
 |
| Compañeros de la Casa de la Fe |
Un paciente que atendí esta semana y que es director y actor de treatro nos invitó el viernes al estreno de su última obra en el Teatro de la Candelaria. La Candelaria un el barrio colonial, protegido por la Unesco, que está en el mismo centro de la ciudad. El teatro es una casa colonial con sus patios, y salas, todo con un sabor alternativo y un poco deteriorado pero con mucho encanto. Con un bareto que te da "tintos" que es así como se llama a los cafés, empanadas y aromáticas (infusiones) hiper dulces!!!! La obra era un apropuesta contestataria con el arte que reclama otros tipos de arte y de espacios diferentes a los teatros convencionales. Me gustó pues era una mezcla de danza contemporanéa, artes plásticas, música en directo e interpretación. Sobre todo la danza: ¡Ay, yo quiero bailarrrrrr y un día bailaré!
Y hoy hemos ido a la casa de una compañera de prácticas que debutaba como directora de teatro también. Con su marido han hecho una asociación-compañía y en su casa han hecho un teatrillo donde trabaja toda la familia. Recursos materiales: austeros; recursos creativos: muchos; recursos emocionales: todos.
Esta obra mostraba la variedad de ritmos y músicas de la zona de Barranquilla en la costa atlántica. El tipo se hacía un monólogo bailando a todo trapo salsa, ritmos africanos, trance y ritmos que a mí me parecían iguales pero que eran diferentes: ¡Ay, yo quiero bailarrrrrr y un día bailaré!
Para llegar a ambos sitios ha sido un par de aventuras/viajes dentro de esta gran urbe.
OS VOY A RESUMIR EL IMPACTO EMOCIONAL QUE ME SUPONE ESTE TIPO DE INCURSIONES:
Todo el mundo sabe, pues muchos de vosotros soy testigos y conocedores, de la idea que en general se tiene de Colombia, de los colombianos: de la violencia, del peligro, de los robo, de los atracos, de los engaños, de los secuestros......
Bueno pues todas esas opiniones, afirmaciones, sentencias, a una se la meten en la cabeza, en las células y te acompañan. Y sin querer van contigo a la tienda y al cine y al autobús, y hasta cuando te vas a dormir te acuestas con ellas. Entonces, en el día día cotidiano te das cuenta de que hay algo en tu interior que está tenso, que no se relaja.
 | |
| La calle es vivida |
Y no sabes por qué, de repente sientes miedo ante tanta multitud con caras diferentes: de rasgos angulosos o redondeados, pieles morenas o sucias, de ropas de colores apagados tras infinitas lavadas o por el acúmulo de la contaminación y la mugre. No sabes por qué, pero las calles con poca luz te intimidan, las calles sin aceras, sin papeleras, con basura por las esquinas, con pintadas en las fachadas, con aguas de origen incierto te crispan......
Y todo esto se mezcla con edificios modernos, con tiendas chulas, con gente de traje con peinados de gomina.
En el centro de la ciudad se hace exponencial el número de personas por metro cuadrado. Yo iba en el transmilenium (así se llama aquí a un tipo de autobús, del cual un día os escribiré pues merece la pena: este es otro apartado jajaja) y veía a toda esa multitud....por todos los lados. por todos los ángulos, por donde quisiera que mirara.....
Y hoy para ir a la casa-teatro de esta compañera que vive en la zona sur (zona más desfavorecisa) Teresa y yo fuimos con otra amiga en taxi, quien nos dió unas cuantas vueltas más antes de llegar..., ya sabéis para conocer la ciudad. Total que no sé por qué gracia divina a travesamos una calle con putas, otras con indingentes, otras llenas de perros. Y es que todo se mezcla. Y tú en el taxi, y no pasa nada. Sólo notas esa adrenalina que se dispara como un resorte. Pero lo peor es que después tienes que hacerla desaparecer de tu sangre, y a veces no sabes cómo.
 |
| Obra de teatro: Danza africana de Barranquilla |
Y lo maravilloso es que no pasa nada. A priori la gente va a lo suyo. Tonta tonta no hay que ser, pero todo tiene un movimiento y un funcionamiento intrísico que es propio y es correcto.
El miedo y la tensión se apoderan de mí por la falta de referenciales y de vivencias en esta pulsión vital.
Pero lo increible es que todo fluye, que hay un orden dentro del caos aparente y real. Hay que aprender a vivir en esta ciudad en alerta, pero sin miedo.
